lunes, 28 de marzo de 2011

EL FRASCO, EL OGRO Y YO


Dejé que el vaho de su aliento tocara suavemente la magia de mis alas.

Creí verme en un frasco dentro de su colección...


-¡Ey ogro!- tomé aire para hablar- necesito aire, necesito volar, necesito respirar, revolotear y cantar, el polvo de mis alas se agota, la luz de mi mirada se apaga, desfallezco.. ¡quiero mi libertad!


El ogro me miró... tomó el frasco... lo destapó... me tomó entre sus toscas manos... emuló una sonrisa tierna, dulce... y de su ojo rodó una lágrima por su mejilla... susurró algo para mi oído...


...¡ y me aplastó!

LAGRIMAS POR ESTE REQUIEM