Tan irónica que se vuelca la vida y en instantes todo cambia... ¿Será verdad que los muertos se despiden de los demás o serán meras coincidencias de la vida?...
Las risas parpadeantes de labios sigilosos se convierten en lágrimas que caen a plomo estrellándose contra el pavimento, ¿en dónde queda la justicia divina que no se apiada del sufrimiento de una madre.., de los lipidos ojos de un hijo, de la vida que se les queda incompleta?...y es entonces cuando el tiempo se detiene y por fin llega a mi mente la pregunta esperada: ¿Cuánto falta para mi muerte? ¿será que ella ronda mis espaldas y que la brisa que acaricia mis mejillas es su fino vaho acechándome?... ¿qué es lo que pasa en este mundo enfermo que no se lleva a los que deberían irse, que acaba con las personas de bien?...
Mi alma de nuevo emula un réquiem, réquiem por un muerto más, réquiem por otro corazón apagado, por otra sonrisa extinguida... réquiem.... otro réquiem para esta Soledad.... réquiem que elevo al cielo como plegaría por ese recuerdo que vino a mi mente y yo sin saberlo en ese instante yacías en tu lecho de muerte... Dale Señor el eterno descanso y que brille para él la luz perpetua... descansa en paz y que así sea...
