¿Por qué las palabras pueden herir tanto?, ¿es acaso que ellas hieren más q una puñalada?; esta noche me siento sola, "francamente sola" diría Benedetti, y es que la verdad ni siquiera puedo ni me quiero levantar.
Ayer de nueva cuenta me decepcione, ayer otra parte de mi mutilé, no soy nada, nada más que nada.
Tus dientes de ajo escaldan mis entrañas, sazonan mi tristeza, sancochan mis orgías mentales y me hacen oler agrio.
Esta noche ni siquiera tengo a quien escribir, no hay nada, el bosque es oscuro y tenebroso, tus miradas me aullan entre las ramas, los ayeres aullan entre la niebla, los lobos me aullan en brama y creo que me persiguen, es el olor a carne lo que les llama, es la sangre que fluye de mis heridas, que se escabulle entre mis labios, que ampulan mis pies; es el olor de mi corazón hecho trizas que traigo entre mis manos.
Esta noche te juro, que dejaré de caminar, buscaré el mejor árbol muerto y cavaré un hoyo con mis manos, mojaré las tierra con mi sangre y mis lágrimas, rezaré un par de padres nuestros y al final mientras tarareo la canción mas triste jamás escrita me arrancaré los ojos con mis uñas.
Ya no quiero llorar, no quiero mirar, no quiero conocer... ¡es momento de descansar!... ¡Bah!, ¡ya me canse de delirar, ¡no es verdad, nada de eso es verdad!... ¡Soy Lucía y viajo en combi, soy Lucia y estoy deprimida, soy Lucia y me cuestiono... ¿Por qué las palabras pueden herir tanto?
Ayer de nueva cuenta me decepcione, ayer otra parte de mi mutilé, no soy nada, nada más que nada.
Tus dientes de ajo escaldan mis entrañas, sazonan mi tristeza, sancochan mis orgías mentales y me hacen oler agrio.
Esta noche ni siquiera tengo a quien escribir, no hay nada, el bosque es oscuro y tenebroso, tus miradas me aullan entre las ramas, los ayeres aullan entre la niebla, los lobos me aullan en brama y creo que me persiguen, es el olor a carne lo que les llama, es la sangre que fluye de mis heridas, que se escabulle entre mis labios, que ampulan mis pies; es el olor de mi corazón hecho trizas que traigo entre mis manos.
Esta noche te juro, que dejaré de caminar, buscaré el mejor árbol muerto y cavaré un hoyo con mis manos, mojaré las tierra con mi sangre y mis lágrimas, rezaré un par de padres nuestros y al final mientras tarareo la canción mas triste jamás escrita me arrancaré los ojos con mis uñas.
Ya no quiero llorar, no quiero mirar, no quiero conocer... ¡es momento de descansar!... ¡Bah!, ¡ya me canse de delirar, ¡no es verdad, nada de eso es verdad!... ¡Soy Lucía y viajo en combi, soy Lucia y estoy deprimida, soy Lucia y me cuestiono... ¿Por qué las palabras pueden herir tanto?