TUS MONSTRUOS (improvisando)

Bajo las llamaradas de petate, los monstruos cocinan lujuriosos la cena en la que comerán tu bello rostro, la mesa está puesta, hay veinticinco invitados y cada uno porta su etiqueta de gala, la música es obscena los músicos blasfemos y la letra es romántica, la ironía y la incoherencia reinan pugnando por acabar con la realidad que tu cabeza cree que es la correcta, pero no lo es, aquella sonrisa no puede ser verdad, en ti es una mala mezcla, un serio problema... tus monstruos lo saben y sobre de ellos la ciudad sigue su rumbo, la rutina se apropia de las mentes y yo... no puedo encontrarme conmigo misma.

Los meseros visten acorde con la lujuria, las palabras calman la mente de los poetas que ya no pueden pensar mas... La lluvia no es bella, las palabras no son necesarias y ni siquiera son las adecuadas para enmarcar lo que mi lengua intenta decir y lo que no hace mi cuerpo, mis ojos parecen inocentes, pero no lo son ambos lo sabemos, juntos lo descubrimos, y yo... no puedo encontrarme conmigo misma.

Todo gira como en una vieja película, en la que los recuerdos son en blanco y negro, en la que Beethoven toca a mi lado para hacerme creer que hay música dentro de la proyección,... el telón se abre, hay aplausos, hay luces todos bailamos la coreografía que por años ensayamos para este momento, giramos vestidos de luces, nos tomamos de la mano y entre la sinfónica nos dejamos llevar, para hacer retumbar el teatro con lo que nuestros pies intentan decir en defensa de su incoherencia.... logro ver en el publico a tus veinticinco monstruos que pícaros me guiñen el ojos, todos sabemos que es tu momento, que es tu último baile, tu ultima sonrisa y tu ultimo recuerdo feliz; esta noche serás la cena te acompañaremos con vino tinto, comeremos tu carne dulce y delicada, serviremos pasta, habrá músicos, nos vestiremos de etiqueta y por fin dejarás de hacer tanto daño... tranquilo será una cena mágica...

Logro ver la escena anterior todo es exquisito y dulce como tu, estoy apunto de terminar mi cena, cuando el ultimo momento de aquella sinfonía llega a su fin, el teléfono suena, la lluvia sigue cayendo allá afuera, estoy llorando mientras logro ver todo dentro de mi copa a punto de ser terminada, mi cigarro se ha apagado, nada es realidad, todo es ausencia, todo, todo y yo.... no puedo encontrarme conmigo misma...

Tranquilo duerme tan tranquilo como siempre porque esta noche, bajo las llamaradas de petate, los monstruos cocinan lujuriosos la cena en la que comerán tu bello rostro...