viernes, 9 de julio de 2010

MI GRAN FUGA


Y es ahora cuando comienzo a creer que no hay nadie más, que la soledad viaja en la misma combi que yo, que Beethoven conduce en el tráfico y que Mozart se roba la mitad del pasaje; estoy triste francamente triste no tengo ganas de respirar, mi sangre comienza a coagularse , mis dedos se engarrotan y estoy triste, triste muy triste... ¿es acaso que estoy condenada a vivir con Soledad, es acaso que se ha robado mi personalidad, que la locura se ha robado mis ropas, que no soy mas que el polvo de estrellas, que soy un pedazo de la luna, un pedazo seco y descarapelado?...


¿Qué es este cuarteto que me hace seguir viva?, que me ayuda a cerrar los ojos, a intentar no intentar dejar de intentar ser mas que el intento que hoy soy, ¿intento? ¡intento de mi, de ti de la nada que me mira sigilosa! mientras se empareja con la combi en la que viajo.

Y sigo estando sola y no me queda más que escribir, que intentar hacer amistad con las palabras, que creer que ellas me comprenden, de imaginar que hablamos el mismo idioma. Y sigo triste, deprimida, quisiera una cerveza y en mi bolsa solo cargo leche; leche de la que ha quedado, de la que me han dejado y no han querido más tomar..., traigo pañales para mi diarrea cerebral, talco para las rosaduras del alma y jugo para pasar mis tristezas.


La gente sigue subiendo a la combi y de luminarias me acompaño; -¡Se cobra uno!- Kubrick estira la mano- en la próxima esquina por favor!


Todo es tan extraño allá afuera, y la verdad es que estoy asustada, estoy algo aturdida, hace calor, me quiero desprender de mis ropas, de mi piel, de mi alma, de mis entrañas; tengo miedo de bajar de la combi, miedo de que me vean llorar, de que me vean así, nadie me defiende porque simplemente... ¡estoy sola!


Quizá sea porque soy muy rara, porque no se cómo pensar ordenadamente, porque me hago muchos enredos, porque mi diarrea cerebral no ha querido parar, porque tarde o temprano pasará lo inevitable, pasará aquello que ni yo me imagino y es por ello que no me quiero bajar de aquí. Todo me da miedo, me asusta y ahora es cuando escucho a Beethoven tararear un último cuarteto, sus ojos se han desorbitado y enciende un último cigarrillo, ¡está feliz!, parece demente y en los pasajeros el pánico empieza a surgir, hay gritos, temor, rabia y hasta mentadas de madre; pero él no nos escucha ¡ha pisado el acelerador y su sonrisa es maléfica!, me acerco a él y lo tomo del brazo, inmediatamente él me mira paranoico y me hace brincar pero aún así le sonrío ¡yo lo comprendo!; el viento que entra por la ventana nos despeina y justo antes de impactarnos él me grita: ¡No estás sola Soledad, no estás sola esto solo es LA GRAN FUGA!

1 comentario:

  1. QUISIERA Q FUESES TU LA QUE SE FUGARA CONMIGO ALGUN DIA DE ESTOS; SIGUES TAN HERMOSA COMO AYER SOLO QUE TUS OJOS BRILLAN MAS...

    FA

    ResponderEliminar

LAGRIMAS POR ESTE REQUIEM