Las cartas blancas de un tonto escritor como yo, los murmullos disipados de lo que nunca pasó, muerte en silencio, llantos abrumados, miradas inquisidoras y susurros de nada, los espejismos habitan en el lado oscuro del paladar, las lenguas blasfemas tiritan de pecado, y la danza comienza hacia el infinito, es momento de callar, el instante de agonía ha llegado, las manos se desmoronan lentamente impulsadas por el sonido de la respiración, son árboles que danzan en la oscuridad de la noche, que se mecen imitando lo inimitable, son retratos hablados que simulan el momento de la llegada, lentamente mis sienes se abren y mis ideas palpitan al aire libre..., ¡muerte puta!, ¡muerte embustera!, días sensatos, miradas ausentes, es momento de callar al alba, son cartas blancas que no inspiran nada, son mis escritos que nadie aclama...
"¡REQUIEM POR SOLEDAD!" mail: requiemporsoledad@hotmail.com en twitter como: lucyasoledad
jueves, 8 de enero de 2009
lunes, 5 de enero de 2009
PEQUEÑA SERENATA NOCTURNA (MOZART)

¡Salud!, otra copa de licor, ¡salud! un susurro de amor,…un instante en todo se transformó, la sinfonía retumba en mis sienes… un silencio… es delicadeza; de luces me visto y bailo con un amplio vestido hacia el infinito… “¡Mozart, sigue tocando para mi!”, y bailo, bailo y bailo hasta que… todo, todo regresa a mi mente, recuerdo que estoy triste y lloro, y me baño de dolor, tú no estás, él no está, ¡nadie está!, mas que yo… me duelen los ojos, las manos y el pedazo de corazón que se empreña en latir… los violines retumban y musicalizan mi momento, la noche se ha hecho para mí, y de esta cornisa saltaré… Mozart, Mozart, es el único testigo, mi soledad presente, Soledad… ¡yo!, … la noche es imprecisa, los dos no están… solo esta… Soledad
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17 nov 08 22:43 hrs " mozart"
SOLO SILENCIO
Por cobardía deje de mirar las estrellas, por las ausencias de un infame y pobre corazón, las voces entre el farfullo se hundieron, los torrentes de tinta en olas a mi llegaron, y las paredes de blanco se tiñeron, los secretos pueden bien guardarse en el caliz que ahoga la mirada penetrante de un pecador, los cuatro murmullos pronto acabaron, mis labios de nuevo se sellaron… EL RESTO ES SOLO SILENCIO…
¡CORTE Y QUEDA!

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