lunes, 5 de enero de 2009

PEQUEÑA SERENATA NOCTURNA (MOZART)

La inclemencia llamó a mi puerta –“toc, toc”- la oí querendona a su llegada y los espasmos corrieron impecables hasta mis dedos,… la tinta rápidamente corrió y de pronto con mis lágrimas danzando mi incoherencia escupió, mis escritos resultan incoherentes y Mozart toca solo para mí,… l angustia me carcome, la duda me lacera y con los recuerdos del ayer me flagelo.
¡Salud!, otra copa de licor, ¡salud! un susurro de amor,…un instante en todo se transformó, la sinfonía retumba en mis sienes… un silencio… es delicadeza; de luces me visto y bailo con un amplio vestido hacia el infinito… “¡Mozart, sigue tocando para mi!”, y bailo, bailo y bailo hasta que… todo, todo regresa a mi mente, recuerdo que estoy triste y lloro, y me baño de dolor, tú no estás, él no está, ¡nadie está!, mas que yo… me duelen los ojos, las manos y el pedazo de corazón que se empreña en latir… los violines retumban y musicalizan mi momento, la noche se ha hecho para mí, y de esta cornisa saltaré… Mozart, Mozart, es el único testigo, mi soledad presente, Soledad… ¡yo!, … la noche es imprecisa, los dos no están… solo esta… Soledad

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LAGRIMAS POR ESTE REQUIEM