domingo, 15 de febrero de 2009

...(2) "¡BAILA!"

Los días son estúpidos cuando los miras desde una cornisa, te puede marear la fuerza del viento si te asomas a la ventana, la miseria reina bajo la ventana y adentro, en mi casa, no hay mas que incoherencias, las palabras caminan de tacones pero no los saben usar, sus pies se llenan de callos, y se ampulan entre el baile; y se esfuerzan por creer se quien no son, las música es áspera y cala la piel, las sonrisas desfiguradas y el olor a alcohol me mata... -¡baila, baila incoherencia!, ¡mueve tus caderas y aclama la inocencia!, ¡baila como solo tu sabes, envíciame de este instante, y muere cuando termine de tocar la tambora!, ¡baila, baila no te fijes en la hora...!... Los días son estúpidos cuando los miras desde una cornisa!

2 comentarios:

  1. Había una vez un él que era todo noche. Sombra de sombras, paso solitario, mucho se caminaba las noches para encontrarla.
    Había una vez una ella que era todo día. Destello de trigo, danza clara, mucho se caminaba los días para encontrarlo.
    Mucho se buscaban el él y la ella. Mucho perseguía la noche al día. Sabedores estaban el él y la ella de la búsqueda que no se encontraba, parecía que no, que imposible, que nunca, que jamás...
    Entonces llegó la madrugada, para el él, para la ella. Por siempre jamás.

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  2. Arrancando estrellas negras
    está la niña extraña;
    y yo, destrozado en mezcal,
    dejo que su querer me construya,
    porque largos viajes en tren son
    sus ojos
    y sus caderas mi vértigo
    y el de las nubes hembra y nubes macho
    que con envidia me miran.
    Arrancando estrellas negras
    está mi niña de cielo endrino,
    que besa con su serpiente
    de veneno, hasta los huesos,
    febrífugo de confusión
    y de malditos recuerdos
    y por eso yo la quiero.
    Sus pechos fuentes de mi pequeño nocturno

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LAGRIMAS POR ESTE REQUIEM